Durante estas semanas, en la terapia para familias de AOPA, hemos estado trabajando la Inteligencia emocional. Hemos conocido qué es la inteligencia en sí misma, tanto el concepto clásico de coeficiente intelectual (Escala de Weschler) como el concepto moderno, que se dirige más a entenderla como un comportamiento adaptativo dirigido a metas y que la diversifica en inteligencias múltiples.
También hemos profundizado en qué es una emoción como reacción subjetiva y adaptativa a los estímulos externos e internos, con todo el abanico perceptual que se deriva de las cogniciones, actitudes y creencias de cada uno/a.
Si aunamos lo que significan ambos conceptos, la inteligencia y la emoción, cabeza y corazón, tenemos lo que se viene conociendo como INTELIGENCIA EMOCIONAL (D. Goleman, 1995): la capacidad del ser humano para conocer los sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos adecuadamente, expresando lo que se piensa y siente en el momento correcto, de la manera conveniente, con la intensidad apropiada, en el momento oportuno y a las personas pertinentes.
Casi nada, ¿verdad? Aquí van algunas pistas de las habilidades que debemos entrenar para conseguir optimizar nuestra inteligencia emocional:
1.- AUTOCONOCIMIENTO: ya los griegos hace más de 2500 años nos lo dejaron escrito en el templo de Delfos “Conócete a ti mismo…”. Toma conciencia de tus pensamientos y emociones, entiéndelos, a qué se deben, qué los ha provocado, qué consecuencias están provocando en ti y en las personas que te rodean, qué valoración haces de ti mismo, etc.
“Sólo hay una pequeña parte del universo de la que sabrás con certeza que puede ser mejorada, y esa parte eres tú”. – Aldous Huxley.
2.- AUTORREGULACIÓN: control de los propios impulsos, emociones y pensamientos antes de pasar a la acción, tener confianza en uno mismo, practicar la asertividad, potenciar la innovación personal abriéndose a nuevas ideas, teniendo autocrítica y adaptándose a los cambios como una parte natural de la vida.
“La madurez es controlar deseos y retrasar gratificaciones. Si no nos dejamos arrastrar por los primeros impulsos, estaremos tomando el control de nuestra vida y gozaremos de verdadera libertad.” – Enrique Rojas.
3.- MOTIVACIÓN: insuflarse energías a uno mismo buscando el logro de las propias metas vitales, con responsabilidad y con un compromiso intrínseco de superación y mejora, de iniciativa y de optimismo.
“Nuestra vida siempre expresa el resultado de nuestros pensamientos dominantes.” – Soren Kierkegaard.
4.- EMPATÍA: tener conciencia de las necesidades, sentimientos y preocupaciones ajenas, poniéndose en el lugar del otro para entenderle de forma profunda.
“Uno no comprende de veras a una persona hasta que considera las cosas desde su punto de vista.” – Harper Lee.
5.- HABILIDADES SOCIALES: si integramos con éxito todos los anteriores aspectos, estamos preparados para relacionarnos con los demás de una manera óptima, con capacidad de liderazgo e influencia, resolviendo conflictos y no creándolos, con una actitud de colaboración y cooperación con el otro, sin eclipsarle, formando equipo, donde todas las partes son igual de importantes e indispensables.
“En la última década, la ciencia ha descubierto el rol que las emociones juegan en nuestras vidas. Los investigadores han encontrado que incluso más que el cociente intelectual, la conciencia emocional y habilidades para controlar sentimientos, determinarán nuestro éxito y felicidad en todos los ámbitos de la vida, incluyendo las relaciones familiares.” – John Gottman.
En los próximos días continuaremos desarrollando este tema de la inteligencia emocional que hemos trabajado en las terapias para familias AOPA conociendo las emociones con más publicaciones: la tristeza, el miedo/ansiedad, la rabia/ira, etc.