En la finca el Baco en el municipio de Arriate se encuentra la Bodega Vetas, una empresa familiar que iniciaron dos castellano-leoneses en el año 2000. Más de dos décadas después, sus vinos ya son muy demandados y reconocidos, siguiendo su lema “pequeño en extensión, grande en imaginación”.
Entrevistamos a Javier Vetas, gerente de Bodega Vetas, que nos explica que son una bodega-boutique con una producción pequeña, pero donde prima siempre la calidad del producto. Teniendo en cuenta que una bodega toca todos los sectores, trabajan en el sector primario, con el cultivo de la uva, el sector secundario con la transformación del zumo de uva en vino, y el sector servicios con la venta final y las visitas al recinto.
Teniendo en cuenta que en Bodega Vetas ya van por la segunda generación de productores, ahora son dos personas de la familia las que llevan la gestión de la empresa. Recurren, sin embargo, a varios servicios externos que les van suministrando todo el material, mano de obra y servicios que necesitan para complementar su actividad: personal para la época de vendimia y trabajo con tonelería, distribuidoras, sector de la restauración, etc. Javier considera que el marketing digital y las redes sociales está a la orden del día y ya trabajan con personal que se encarga de este ámbito, siendo posible que en un futuro aumente la dedicación.

Bodega Vetas es una bodega natural que tiene muy en cuenta el impacto medioambiental de su actividad en los procesos de cultivo, transformación y distribución y cada día buscan ser más autosuficientes, sin renunciar a la calidad de su producto.
En un futuro es posible que amplíen los perfiles profesionales de su empresa. En producción no van a crecer más por una cuestión de política de empresa: son una bodega pequeña porque así lo han decidido. Pero en cuestión de marca siempre están apostando por mejorar su empresa y eso conlleva que ciertos trabajos se tengan que ampliar y mejorar y, para eso, se tendrá que aumentar el personal. En este sentido, considera que la discapacidad no es ningún freno para posibles incorporaciones, dependiendo de la diversidad funcional de la persona. Por ejemplo, una discapacidad visual conlleva una potenciación del olfato y, para este sector bodeguero, es una capacidad primordial. Se tendría que estudiar cada caso particular para ver en qué cometido de la empresa se podría ubicar. Javier nos comenta que no conoce con exactitud las ventajas fiscales que conlleva contratar a una persona con discapacidad y a las empresas les hace falta tener esta información. También resalta que no les ha llegado ningún currículum de personas con discapacidad y esto dificulta el acceso de estas personas a las oportunidades de trabajo. Las empresas deberían estar más informadas en este sentido y tener acceso a los perfiles profesionales que ofrecen las personas con discapacidad porque, repite, esta condición no es ningún impedimento para desempeñar labores en su empresa.
Por último, Javier nos comenta que la Serranía de Ronda es una zona con muchas oportunidades de inversión socioeconómica, muy enfocado en el turismo, que se debería seguir potenciando. Pero no sólo nos tenemos que enfocar en que sea una zona o ciudad bonita que invite a visitar por parte del turismo, sino que se tiene que mejorar en infraestructuras y comunicaciones para que las empresas que ya existen y las nuevas iniciativas empresariales inviertan y se establezcan en la Serranía para ampliar y potenciar los sectores socioeconómicos, la ocupación laboral, previniendo la despoblación. Es un trabajo conjunto entre las administraciones que tienen que mejorar estas infraestructuras y las iniciativas privadas que aprovechen las oportunidades que la Serranía de Ronda ya brinda con sus potencialidades naturales.