¿Qué es la integración sensorial?
La integración sensorial es una teoría que nos habla sobre el proceso neurológico responsable de organizar e integrar todas las sensaciones que recibimos de manera continuada de nuestro propio cuerpo y del exterior. Actualmente en el manual de diagnóstico DSM-V ya se incluye el trastorno del procesamiento sensorial como un desorden caracterizado por presentar problemas significativos en la organización de las sensaciones que provienen del cuerpo y del medio ambiente y que se manifiesta por dificultades en el desempeño de una o más áreas principales de la vida: productividad, ocio y juego o actividades de la vida diaria.
¿Qué relación tiene esto con el TEA?
Hay estudios que manifiestan que un gran porcentaje de niños y niñas con TEA tienen dificultades de procesamiento sensorial pero, además, es que en el DSM, como ya hemos dicho antes, una de las guías de diagnóstico más utilizadas, incluye en su última versión (el DSM-V) las dificultades sensoriales como un criterio diagnóstico. Concretamente, habla de «hiper” o hipo reactividad a los estímulos sensoriales o interés inusual en aspectos sensoriales del entorno». Esto quiere decir que es un aspecto que no podemos pasar por alto para comprender las reacciones incluso, en ocasiones, las conductas que los chicos/as presentan ante diferentes situaciones, personas, entornos, etcétera. El hecho de que se haya reconocido esta casuística como un criterio diagnóstico es muy importante por dos motivos:
– El primero y más importante porque podemos ayudar a la persona desde la comprensión de lo que puede provocar una determinada circunstancia.
– El segundo porque podemos plantearnos que hay determinadas reacciones o situaciones que se venían trabajando con la premisa de que el origen era la rigidez, la inflexibilidad o las dificultades sociales y ahora sabemos que puede que sea otra cosa.
Hablamos de integración sensorial
Hemos dicho que muchas personas con TEA tienen dificultades con el procesamiento sensorial pero además, debemos resaltar que todos nosotros tenemos un perfil sensorial que se puede determinar. Hay personas que no soportan la música fuerte o el bullicio y no tienen porqué tener ni un trastorno del procesamiento sensorial ni un TEA. En las personas con TEA, el problema es que esta manera de percibir según qué estímulos hace, en ocasiones, que las reacciones sean desadaptativas (para nosotros, que no para ellos, ya lo veremos) mermando a veces las posibilidades de desarrollo e integración en contextos variados y en la relación con personas. Por tanto, el hándicap se da cuando nuestro perfil sensorial (de la persona con TEA o no) no nos permite evolucionar en nuestro día a día de manera armoniosa.
¿Cuántos sentidos tenemos?
Inicialmente por todos son conocidos los 5 sentidos que nos enseñaron de pequeños. Estos son: El gusto, el tacto, el olfato, la vista y el oído; pero, además, tenemos 2 más que no son tan conocidos. El vestibular y el propioceptivo. Los estímulos que recepcionan y procesan cada uno de los sentidos son:
–Gusto: Sabor
–Tacto: sensación de contacto
–Olfato: Olores
–Vista: Todo lo que podemos ver, no sólo cosas concretas como objetos o personas, también la luz, los colores, la sensación visual de cantidad…
–Oído: Sonidos
–Vestibular: Relacionado con el movimiento
–Propioceptivo: Relacionado con sensaciones propias, nuestra postura con respecto al lugar en el que nos encontramos.
Todos están permanentemente generando información que entra por diferentes canales a nuestro cerebro y cuando hay un buen procesamiento de ellos se da una respuesta ajustada. Por ejemplo, ahora mismo, estáis escuchando todo lo que os estoy contando y, por tanto estáis atentos a la voz (el oído) pero os está llegando información visual (la luz de la pantalla), táctil y propioceptiva (por ejemplo la sensación de estar sentados en la silla) aunque a ninguna se les está prestando atención. Digamos que el cerebro decide qué información es en este momento la importante y genera una respuesta que, en este caso es estar atentos, escuchar.
A las personas con TEA, normalmente les cuesta esto bastante (inhibir estímulos) y, a veces, la dificultad viene por diferentes cosas o por todas a la vez. Puede haber dificultad en cómo procesan la información o en el filtrado (decidir qué es lo importante). Lo que está claro es que la respuesta que generan a veces no es adecuada a las características del estímulo (ojo, tal y como nosotros lo percibimos).
Ahondamos un poco más sobre los sentidos vestibular y propioceptivo
Vamos a hacer una cosa juntos. Por ejemplo, cerrar los ojos, levantad el pie derecho y moverlo hacia delante y hacia atrás. Si no estáis viéndolo, ¿cómo sabéis que lo habéis hecho bien? La respuesta es por la propiocepción que nos dice dónde está el pie y qué tengo que hacer para moverlo. Además el sistema vestibular a través de los canales semicirculares de nuestro oído interno nos dice que nos estamos moviendo. Otro ejemplo: Estamos en un autobús montados y nosotros no nos movemos pero sentimos movimiento, incluso mareo. Pues eso es el sistema vestibular. A veces, una persona puede llegar a marearse sólo de ver girar una espiral. O, por ejemplo, las atracciones de feria. ¿Por qué hay personas que se montan 10 veces y no se marean y otras, sin embargo, se bajan fatal o incluso llegan al vómito? Pues porque la percepción de su sistema vestibular es diferente. Por tanto, el sistema vestibular capta cuando nosotros nos movemos y cuando hay algo a nuestro alrededor que se está moviendo. Por su parte, el sistema propioceptivo nos dice en cada momento dónde está nuestro cuerpo y qué movimiento tengo que realizar para cualquier acción que vaya a llevar a cabo sin necesidad de mirarlo. Por ejemplo arrimar la silla a la mesa una vez que estoy sentado; no necesito mirar.
¿Por qué abrazar calma?
Hay que decir que hay personas a las que no les gusta que los abracen, pero eso es porque a nivel táctil tienen, probablemente, una hipersensibilidad, ya lo veremos más adelante. La respuesta a la pregunta es porque, como en el caso de la máquina de los abrazos de Temple, la información propioceptiva tiene la capacidad de relajar los demás sistemas. Hay personas con TEA que tienen muchas dificultades con todo esto. Vemos personas que se chocan mucho, que tropiezan bastante, que son muy poco delicados en según qué movimientos, etcétera. Por ejemplo: ¿Cómo será una persona hipersensible a «todos» los sentidos? Probablemente ante un estímulo o ante una situación en la que se expone a diferentes estímulos que para nosotros son normales, ella lo interpretará como muy fuerte y su respuesta nos parecerá exagerada o, incluso, incomprensible. Para las personas hipersensibles es totalmente normal y una respuesta ajustada a como están percibiendo el estímulo, porque para ellos estos estímulo les están resultando violentos.